Después de siete años del
terremoto, podemos decir con toda seguridad, Ica ha cambiado. Hoy en día
tenemos nuevas urbanizaciones, grandes centros comerciales, nuevas pistas y veredas,
entidades financieras y también hay que mencionarlo, casinos, night clubs y prostíbulos,
no tenemos por qué negarlo.
Templo del "Señor de Luren", siete años de espera. Foto: Martin Flores Parvina |
¿Qué hizo que Ica, de ese cambio?.
A siete años del sismo, no podemos decir que a raíz del terremoto Ica mejoró,
como muchos “politiqueros”, sobre todo los apristas se quieren atribuir este “progreso”.
En el 2007, las regiones del Perú comenzaban a mejorar sus ingresos por canon
minero, mejor dicho siempre ha habido dinero. Quizás el terremoto acelero que
se entregue el dinero, especialmente para Ica, de allí que tras el desastre las
autoridades locales podían disponer la ejecución de obras sin mayor control, ni
licitación. Caldo de cultivo para los corruptos.
Siempre es bueno recordar; un día
después del terremoto el SIS (Sistema Integrado de Salud) compró 219,000
raciones de alimentos, para entregar a los damnificados, compra realizada a un
costo de 34 soles la unidad, siendo su valor real de 24. Esta sobrevaloración
fue hecha en complicidad con a la empresa PLAMOL que se dedicaba a la confección
de zapatos, donde el sobrino de entonces primer ministro Jorge del Castillo,
era uno de los propietarios; sin embargo hasta la fecha nadie está preso por
este y otros actos ilícitos.
En el 2007, la agro exportación había
consolidado su presencia, era una región agroexportadora por excelencia, claro
está a costa de la mano de obra barata. El modelo de crecimiento que hoy
vivimos estaba cantado, el fenómeno natural acelero las cosas, los daños
sufridos en la agro exportación ha sido resarcido con creces, sobre todo
económico. Sin duda alguna, los grandes consorcios fueron los primeros beneficiados.
Pero también se dirá que gracias
al sismo, tenemos grandes hospitales e instituciones educativas
sismo resistentes. ¿Por qué tiene que ser así?. Es deber del Estado, es dotarnos
a los ciudadanos de estos servicios y ¿Por qué esperar que ocurra un desastre para
obtenerlo?,. En el caso de Ica, los grandes hospitales se terminaron pocos
meses antes de la campaña electoral, es decir se jugó con la desgracia, con la
salud de la población.
Ica, ha cambiado. Este crecimiento
nos ha traído inseguridad ciudadana, en este preciso momento mientras usted
lee, en algún lugar de Ica, se está cometiendo más de un crimen. Este cambio,
no ha venido con el mejoramiento de la educación, tenemos buenos locales
escolares, pero aún hay deserción escolar, se prefiere vender sublime en las
esquinas o manejar moto taxi, antes que estudiar, es que en muchos casos la
necesidad es apremiante. Se tiene grandes hospitales, pero las “colas” son de
todas las madrugadas, además aumentan los casos de influenza AHN1 y se
incrementa los de TBC, mientras que la desnutrición es preocupante.
Pero, estamos bien, basta darse
una vuelta por el Quinde o Totus, ni que decir de la Monaliza. No nos hemos
preocupado por nuestro crecimiento como personas, como ciudadanos, no ha habido
importantes cambios, corremos el riesgo de volver elegir a quienes precisamente
gobernaron durante el terremoto. Candidatos ligados a la corrupción son la mayoría
de aspirantes a gobernar esta región. No se ha crecido en valores, hemos
avanzado tolerando la corrupción por lo
tanto siendo parte de ella.
La resiliencia de la gente de a pie, del emprendedor hizo que saliera adelante después del terremoto, muchas veces sin esperan nada de los gobiernos. De ese esfuerzo, en cambio los "consorcios" se valieron para incrementar su capital; mientras que otros sin esa capacidad, continua entre módulos de madera y esteras. Realidad que a veces no queremos ver.
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