sábado, 30 de agosto de 2014

EL DIEZMO

El diezmo en épocas de la colonia era el derecho del 10 % del valor de ciertas mercaderías, especialmente el que se pagaba a la corona real. También, era considerado como parte del producto bruto de las cosechas, generalmente la décima parte, que los fieles entregaban a la Iglesia.

Hoy en día esta práctica muy soterrada, se ha trasladado al terreno del ámbito gubernamental, ejercida mayormente por autoridades en complicidad con funcionarios públicos igualmente nefastos, y malos empresario, ejercen esta mala práctica y los ciudadanos muchas veces lo vemos como algo “normal”. A cambio de la buena pro, en favor de estos “empresarios”, ofrecen y pagan el famoso “diezmo”  por adjudicarse la obra.

De allí que la misma se ejecuta de mala calidad y al trascurrir el tiempo, simplemente las obra no sirven. Todo esto es parte de un procedimiento que manejan la redes de la corrupción al interior de una institución pública, sobre todo en los gobiernos locales y regionales. Últimamente varios de ellos tras las rejas.

Este “diezmo” es apetitoso para muchos candidatos que aspiran el cargo. Conocido es que de pronto muchos alcaldes y presidentes de gobiernos regionales, no puedan explicar cómo es que han mejorado su estatus social, tienen buenas casas, vehículos y hasta se dan el lujo de vivir sin trabajar.  Un sueldo de alcalde o presidente regional no da para tanto, salvo la filosofía de Alan García, con mucha razón decía “la plata llega sola”.

Otros muy hábiles, porque para eso hay que tener cierta “habilidad”, buscan a testaferros, que viene a ser la “persona que prestas su nombre para figurar como titular en un negocio o asunto jurídico ajeno”. Estas personas claramente son cómplices que se prestan para encubrir a  malas autoridades, sobre todo alcaldes o ex alcaldes.

Por esta razón la ejecución de obras, sobre todo de fierro y cemento, son un gran “negocio”. Otro tipo de obras no tiene mayor relevancia. El “negocio” está en la ejecución de obras, de paso a la gente le gusta.

Quien no quisiera vivir con buenas pistas y veredas, claro siempre y cuando los servicios básicos sean atendidos. Pero eso no ocurre generalmente. La campaña este generando gastos desmesurados en lo económico, miles de soles están en juego. Los candidatos lo tiene claro, una vez que llego al poder a recuperar todo lo invertido. ¿De dónde?, obviamente de las arcas del Estado. Del famoso “diezmo”, cambio de malas obras.

El discurso de esta campaña no contempla otras formas de ejecución de obras, sencillamente porque no les conviene. De la Ley de Obras por impuestos", no se dice nada. La razón muy simple, mediante dicha Ley le permite a una empresa privada, o en consorcio , financiar y ejecutar proyectos públicos elegidos por los Gobiernos regionales o locales, con cargo a sus impuestos.

Y ¿porque no se dice nada?, para empezar muchos candidatos lo desconocen y otros simplemente no les conviene, ni siquiera mencionarlo. A más ocultamiento, mejor para la corrupción.

Como ciudadanos responsables debemos saber por quién vamos a votar. Aquel candidato que no explica como obtuvo sus propiedades, y no deslinda con el narcotráfico, simplemente no sirve como autoridad.

No se debe entregar los destinos de nuestra ciudad o región a personas que te ocultan información, aduciendo que son cosas personales, un candidato está en la obligación no solamente moral de ser transparente y deslindar acusaciones y vinculaciones comprometedoras. Sin embargo no lo hacen.

El famoso diezmo les ha servido para acumular riqueza y propiedades, muchos dirán que ya no es el 10 % sino el 20%. Hecho que desespera aún más a los aspirantes a alcaldes y presidente regional.

No hay comentarios: