Un niño pregunta a su
madre si robar es malo, a lo que la madre le responde, por supuesto hijo -entonces,
¿porque vas a votar por Mariano?, repregunta el niño- el dialogo continúa y un
tanto pensativa, como tratando de dar una respuesta que deje tranquilo al niño,
la madre responde- hijo, acaso no vez,
que por él tenemos pistas, veredas, plazuelas y lozas deportivas?, el niño
que, en su curso de formación ciudadana le
enseñaron, que el rol y trabajo de una autoridad es hacer obras y que, esa es
su razón de ser, un tanto confundido, vuelve a preguntar a su madre: ¿Cuándo
haga mis deberes en el hogar, como tender mi cama o limpiar la casa?, ¿Te puedo
robar?...
Cosas como estas le ocurre a muchas personas. Sobre todo en
aquellas que piensan votar por aquellos que van a la reelección y han hecho
obras. Lo que más prima en ese pensamiento son las obras de infraestructura,
como “indicador de buen gobierno”, por lo tanto “buen candidato”; sin importar
que detrás de una obra ha circulado la coima, a cambio de la buena pro; total
dirán que es su “habilidad”.
Es decir se ha convertido en una mala forma de vivir en la
cultura del “que importa, que robe pero
que haga obras”, a fin de cuentas, la mayoría por no decir todos, son
iguales. Una sencilla forma de acomodarse y evitar responsabilidad ciudadana.
Esta forma de ver las cosas como algo “tan normal en nuestra
sociedad”, le ha permitido a muchas autoridades la acumulación de riqueza,
definitivamente basado en la corrupción. Una expresión del grave deterioro de
nuestros valores éticos y morales.
Cuantos de los actuales candidatos, que hoy buscan reelección han “progresado económicamente” y tienen propiedades, incluso a nombre de
testaferros. Otros, después de ser autoridad, y
a pesar de no tener trabajo conocido, se dan el lujo de financiar
millonarias campañas.
Estas prácticas corruptas, es un problema estructural de
nuestra sociedad y se presenta como la coima, el soborno, el peculado, por la
cual, ya algunos presidentes de gobiernos regionales de nuestro país; empiezan
a ser puestos tras la rejas, en la cárcel.
Vergüenza o justicia ¿? Sería para Ica, tener una autoridad
presa por corrupción. Sin embargo hasta ahora están libres y peor aún aspiran
ser reelegidos como alcaldes o elegidos como presidente regional.
Con electores despreocupados y, a falta de una verdadera
ciudadanía, todo indica que serán elegidos y reelegidos.
Por: Martin Flores Parvina
Comentario “Al fondo de la noticia”
Radio Paraíso 92.5 FM de Ica
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