martes, 19 de febrero de 2013

LA MUJER DEL CESAR Y EL TESTAFERRO DE LA VENDIMIA


Una atmosfera de corrupción que arrastra partículas de indecencia, golpes e insultos, testaferros que aparecen con título de “empresarios”, y los insatisfechos que se claman moralizadores, son el cantar de estos días, en nuestra querida y vapuleada Ica.
Como diría mi abuelo, decencia la de antes. Hoy, matonería o quizás el deseo de justicia frente a la inercia de los encargados de implantarla. Claro, la mayoría de ellos o ellas, son de la capital o sabe Dios de donde, por eso dicen  ignorar lo que pasa en Ica. Al llegar el viernes por la noche se suben al Soyuz y no retornan hasta el lunes, si es que no son feriados largos; por eso no actúan de oficio.

Entonces, cuando el corrupto merodea el queso –léase municipalidad- y nadie hace nada para impedirlo, salta la liebre ante la ausencia del gato; los insultos y golpes se apoderan de los pasillos de la alcaldía, todo se graba, todo se filma, al rato lo subirán al youtube.

Solo unas voces, en medio de un mar de muchos, no se cansa de exigir “transparencia”, cuando nada es gratuito y no es “amor Ica, sino a los chicharrones”. Los gritos hubieran sido diferentes sí a cambio recibían una fecha del espectáculo, por supuesto que del FIVI. Pero el “testaferro de la vendimia”, no cedió o mejor dicho el dueño del circo, no cederá; aunque claro, le están dando de alma, con su propia medicina, con la misma intensidad y táctica con la que suelen actuar los inescrupulosos de la “prensa”.

La desconfianza se apodera de todos, pareciera que ya nadie confía ni en su sombra, por eso hay que actuar dentro del marco legal, de la honestidad y de la ética, no es difícil. Hay un viejo dicho que dice “La mujer de Cesar, no solo debe ser honesta, sino parecerlo”, La persona que es honesta, por convencimiento, lo practica y demuestra en todos los actos públicos y privados de su vida, pues es consciente de que debe dejar constancia de su honorabilidad, libre de la menor duda.

Si usted es un político honesto, no se puede dar el lujo de ofrecer cosas o acciones que no esté seguro de poder cumplir, de lo contrario será un deshonesto más. En Ica, de esos hay muchos, lo más lamentable y peor de todo, es que piensan ser autoridades. Espero que el pueblo pensante de Ica, no se lo permita.

Lo que nos reconforta en medio de toda esta maraña, es que surge la “denuncia formal” ante las instancias correspondientes, en la esperanza que ahora reaccionen y actúen, mejor aún, recuperen la decencia, de la que tanto decía, mi abuelo. Son los jueces y fiscales que deben cumplir su trabajo, sin miramientos, ni contemplaciones. Tan solo, con la venda en los ojos aplicar lo justo, porque sí, dentro el Poder Judicial, hay escondido por allí un grado de decencia. Es como se debe actuar, ante tanta podredumbre que corroe la moral de nuestra sociedad iqueña. No es cierto que, no tengamos el coraje para derrotar la corrupción, sí, hay capacidad de indignarnos frente a este flagelo. Ha cuidarse de algunos vivos, que se quieren subir al carro. Ojalá, al menos en nuestra querida Ica, todos los que vivimios y convivimos aquí pongamos en práctica el dicho: "La mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo".

No hay comentarios: