La actividad económica, a raíz del auge agro exportador en el valle de Ica, ha generado que haya aumentado el consumo de energía, materiales, y el recurso hídrico, vale decir el agua.
El impacto del modelo agro exportador debería ser analizado no solamente en sus variables económicas y sociales, sino también ambientales. En especial sobre el uso del agua como consecuencia de la actividad agro exportadora, agrícola.
Nuestro valle siempre ha padecido de escasez de agua. De acuerdo a cifras oficiales, el balance hídrico es ampliamente deficitario.
La precipitación en la cuenca alta alcanza a 346 millones de metros cúbicos (m3) al año, de los cuales 13 millones de m3 se evaporan, 227 millones de m3 escurren superficialmente y sólo 106 millones de m3 se infiltran, alimentando el acuífero subterráneo.
Ante esta realidad debemos preguntarnos: ¿Cuál es la real situación del agua en Ica? ¿Ica se está secando mientras se pierde agua en el mar? ¿Cómo explicamos que sólo en el Valle de Ica y en la Pampa de Villacurí puedan extraerse anualmente 457,4 millones de m3 de agua, a través de 1.796 pozos inventariados oficialmente?
Claro que existen muchos pozos más que en forma clandestina, sin autorización se vienen cavando en todo el valle, y que superarían más de 2000 pozos en todo el valle. Cavar un pozo cuesta entre 300 a 500 dólares el metro, costo que un pequeño agricultor no esta en capacidad de financiar, además cada vez el nivel de agua se encuentra más profundo.
En Ica, existiría un déficit hídrico de 350 millones de m3 de sobreexplotación en las aguas subterráneas. El problema de los recursos hídricos es bastante complejo y desconocido.
Ica, ahora es un modelo agro exportador de primer nivel. Sin embargo, no se sabe cómo sostener ese desarrollo porque se han perforado tanto los pozos que en poco tiempo nadie va a tener agua, y este es un modelo de lo que puede pasar en el resto de la costa peruana.
El problema del agua debe involucrar todos, especialmente a los pequeños agricultores quienes son los más perjudicados, también a los ciudadanos de a pie, pues todos somos consumidores del agua.
Paradójicamente en Ica, a pesar de la escasez y mal uso del agua, tenemos en plena plaza de armas un monumento al agua, la pileta recientemente inaugurada casi todo el día lazan agua a satisfacción de los transeúntes, sin darnos cuenta de cuanto derroche se hace.
Hacemos un uso irracional del agua, a las doce del día regamos el jardín de la casa, también lo hace la municipalidad a las doce del día se pone a regar las áreas verdes, también las empresas agro exportadoras.
Mientras que hay escasez en asentamientos humanos rurales y en pueblo jóvenes con problemas de potabilidad. Además de un deficiente mantenimiento y conservación de cuencas y canales de riego.
Por otro lado para la gestión y administración del agua se dá una situación generalizada de anarquía y desorganización que agrava la escasez de agua.No existen normas o regulaciones claras ni una autoridad que sea efectivamente respetada, dada la inoperancia de los mismos organismos estatales. El vacio de autoridad ha posibilitado la proliferacion de iniciativas individuales creando un mayor desorden y caos para el conjunto de regantes.
Organismos internacionales vaticinan un ciclo de calentamiento térmico y sequía global en los próximos 20 años. La gestión del agua será el principal desafío para la humanidad en este siglo. En este contexto, las zonas áridas como la costa peruana ya son una de las zonas más afectadas por la escasez de agua en el mundo.
Se dice que en el futuro será el agua y no el petróleo el recurso que genere las guerras. A nivel internacional el agua es parte de una agendapolítica de primer nivel. Ahora todos los países tratan de garantizar sus recursos. El problema es que los países poderosos con escasez de recursos naturales invaden a los países que sí los tienen.
En el Perú no se ha asumido la dimensión real de este problema.
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