El retorno de nuestros
estudiantes a las aulas, nos obliga a preguntarnos, ¿Qué tan preparados estamos
para la convivencia escolar sin violencia?.
En tiempos donde el índice de violencia escolar es alarmante, se
entiende que las instituciones educativas están preparadas para, sino evitar,
reducir todo tipo de violencia.
Es un tema que debe preocupar no
solo a padres y madres de familia, sino que los directivos y docentes deben
tener en cuenta está problemática que afecta a nuestros estudiantes; sobre todo
porque existen “Compromisos de gestión escolar” entre estos el Compromiso 7 está orientado a la “Gestión
del clima escolar en Instituciones Educativas Públicas y Privadas”. Así lo
señalan las normas y orientaciones para el desarrollo del presente año escolar.
La normatividad
La norma es precisa y señala que
el Equipo Directivo y la Comunidad Educativa tienen la obligación de velar por
una convivencia libre de todo tipo de violencia. La misma que debe estar basada
en el respeto mutuo, el buen trato, la igualdad, el ejercicio de derechos y el
cumplimiento de deberes. Asimismo, deben vigilar que las medidas disciplinarias
no afecten la dignidad ni el proceso educativo de las y los estudiantes,
quedando prohibido el castigo físico y/o humillante en las instituciones
educativas.
Respecto a la presencia de cualquier
adulto que trabaje en la escuela y abuse física, psicológica y/o sexualmente de
sus estudiantes deberán ser procesados administrativa y/o judicialmente.
·
SÍSEVE
La identificación, registro,
atención y seguimiento de los diversos conflictos que pudieran presentarse en
las instituciones educativas demandan intervención conjunta del Equipo Directivo
y el Comité de Tutoría.
La norma precisa que para la
atención de los casos de violencia escolar, el Director debe afiliar a su
institución educativa al Sistema Especializado en la atención de casos de
Violencia Escolar (SíseVe), a través de la página web: www.siseve.pe.
·
El Comité
de Tutoría
Igualmente señala que es
obligatorio implementar el Comité de Tutoría y Orientación Educativa que
coordinará con el CONEI las acciones formativo-preventivas de orientación y
acompañamiento de los y las estudiantes, relacionadas prioritariamente a la educación
sexual integral, educación para una vida sin drogas, educación en seguridad
vial y orientación vocacional.
El Comité de Tutoría, tendrá la
tarea de atender situaciones de riesgo y/o de vulneración de derechos que afecten
a los escolares como la violencia escolar, trata de personas, trabajo infantil,
embarazo en la adolescencia, consumo de drogas, uso inadecuado de las TIC:
internet, celulares, redes sociales, entre otras.
·
Los docentes
y la acción tutorial
Por su parte los profesores
tienen la responsabilidad de realizar labores de orientación. Cada docente
tutor deberá realizar la acción tutorial de forma grupal como individual,
considerando los principios del interés superior del niño, confianza y
confidencialidad.
Un aspecto quizás nuevo es que se
contempla que la acción tutorial se extienda a las familias, promoviendo su rol
formativo que les permita establecer condiciones físicas y afectivas que
favorezcan los aprendizajes.
La convivencia y disciplina escolar
Frente a lo que señala la norma,
es preciso acotar que no se trata de “cumplir con la ley”, más bien se trata de
tomar conciencia, porque las personas no deben ser obligadas a cumplir tal o
cual medida, así no avanzamos, por el contrario se produce una suerte de
“presión” que a la menor señal de “libertad” todo se viene abajo.
En muchas instituciones
educativas se nota la falta de una clara definición de cómo se debe desarrollar
la convivencia y disciplina escolar. Las diferencias saltan a la vista de escuela
en escuela, en una gran mayoría persisten modelos autoritarios, en otras
conviven y “combinan” el modelo autoritario con el permisivo.
·
El modelo
autoritario
El Ministerio de Educación hace
varios años viene trabajando en el tema, sin embargo es lento el proceso para
ir dejando este modelo, no solo porque en su mayoría padres y madres de familia
están convencidos que este modelo es el más indicado. De allí que reclaman el retorno
de la instrucción Premilitar a las instituciones educativas. En nuestra
opinión, un craso error.
Este modelo propone el
cumplimiento de una serie de normas, que a veces los estudiantes no entienden,
reduce la libertad y origina que ciertos adolescentes, deseosos de afirmar su
identidad e independencia, frente a la arbitrariedad de los adultos, encuentren
satisfacción en quebrar las reglas y retar a la autoridad.
Detrás de este modelo subyace una
concepción fundamentalista de la formación ética: los valores y las normas de
comportamiento se transmiten por imposición, no importa que la sociedad no crea
en ellos.
·
El modelo
permisivo
Se basa en la sobrevaloración del
concepto de "autoestima" y del rechazo a la rigidez tradicional, que
resta importancia a la obligación de los padres y maestros de controlar a los
niños. Este modelo supone que todo tipo de castigo es perjudicial e injusto.
Sostiene que basta con conversar con los niños y hacerlos razonar sin emplear
recursos que lo puedan dañar.
La excesiva indulgencia,
permisividad y sobreprotección ha traído como consecuencia que las recientes generaciones
de adolescentes desafíen toda forma de autoridad que se oponga a la
satisfacción de sus inquietudes y deseos.
Hacia un modelo de convivencia democrática
La convivencia entre peruanos
está claramente marcada por hechos de violencia que vivió y se vive actualmente
en nuestro país, de allí los grandes problemas de violencia familiar e
inseguridad ciudadana que son claro ejemplo de lo mal que convivimos como
sociedad.
Por ello urge, ir formando a
nuestra niñez en el marco de un modelo de convivencia escolar democrática. Para
esto, también ha sido “necesario que se den nuevas leyes”, no tan nueva resulta
la Ley 29719 “Ley de convivencia sin violencia en las instituciones educativas”
ya que fue promulgada en el 2011, cuyo Reglamento mediante D.S. 010-2012-ED,
recién entro en vigencia en junio del 2012. Una vez más no solo debe tratarse
de “cumplir la ley”, sino que debemos estar sensibilizados frente a esta
problemática.
La propuesta del Estado peruano,
mediante el Ministerio de Educación es la de una relación horizontal entre los
docentes y estudiantes de manera que juntos construyan formas democráticas de
disciplina y convivencia sin violencia en las instituciones educativas.
Modelo democrático de convivencia escolar
Democracia y autoridad no se
contraponen, un modelo democrático de convivencia escolar exige un ejercicio distinto de la autoridad. La
autoridad se ejerce dentro del respeto al "estado de derecho". En el
caso de las instituciones educativas, esto quiere decir que se respetan las
leyes, especialmente las que se refieren al código de niños y adolescentes.
Las normas y los valores éticos
que lo sostienen: Libertad, Respeto, Justicia y Solidaridad no se imponen por
la fuerza, que es distinto a no defenderlos con firmeza.
Los estudiantes los aprenden,
gracias a la mediación del adulto, a través del razonamiento, la reflexión, la
discusión, el ejemplo y la aceptación de las consecuencias que trae su
incumplimiento.
El ejercicio de la autoridad
democrática también es preventiva: los docentes garantizan que la institución
educativa sea un lugar amable, seguro y
saludable, y disuaden con su presencia, al lado de los estudiantes, las
potenciales violaciones de las normas. Mediante la función reguladora de la
convivencia escolar, aplican con justicia y oportunidad las acciones
correctivas, que tienen carácter reparador.
Dentro de este modelo, la
disciplina no es otra cosa que el respeto al estado de derecho tanto por parte
de los estudiantes como de los docentes. A medida que el estudiante va
conociendo las normas y aprende a respetarlas, llegará a la autodisciplina. La
convivencia escolar, entendida de esta manera nos llevara a formar desde la
educación básica, una mejor sociedad.
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