viernes, 4 de julio de 2008

La minera Antapite y los efectos para Ica.

Antapite es una comunidad ubicada en la Provincia de Huaytará, a una altura de 3,300 msnm, en el departamento de Huancavelica, se hizo conocida, lamentablemente por los problemas y conflictos generados por la presencia de la compañía Inversiones Mineras del Sur INMESUR, cuyos propietarios son la Familia Benavides De la Quintana, integrante del grupo Buenaventura de la Minera Yanacocha que opera en Cajamarca.

Antapite se ubica en las cabeceras de los ríos Ica y Rio Grande de allí que a los iqueños nos debe preocupar e interesar que es lo que realmente sucede en esa hermana comunidad. Para llegar a Antapite se parte del distrito de Los Aquijes, en la ciudad de Ica, ubicado a la altura del Km. 307 de la carretera Panamericana Sur, desde donde parte la vía afirmada de 130 Km. hacia la comunidad de Tingue, para luego llegar al distrito de Córdova y finalmente a 10 Km más, Antapite.

La minera opera en este lugar desde el año 2000, viene explotando oro y plata, según la información publicada por la propia compañía, el producto final son las barras de Doré (El Doré es una aleación de oro y plata). Su capacidad de tratamiento o producción es de 450 TM por día.

Durante estos 8 años de presencia minera en la zona, se han producido un alarmante incremento de contaminación, no solo del aire sino principalmente del agua, muchos de sus puquiales, manantiales se han secado y en otros casos no es recomendable su consumo ni para los animales, en los pastizales se han encontrado presencia de plomo y otras partículas extrañas que antes no habían. Como consecuencia la producción ganadera de ovinos y caprinos se ha visto perjudicada, la producción de leche afectada en gran magnitud.

Los pobladores de Antapite se han asesorado y han realizado diversos estudios técnicos y han llegado a demostrar lo afirmado.

En el 2007, se registró una de los mayores conflictos entre la comunidad y la compañía minera, tuvieron que llegar a esa lamentable situación, debido a que una vez más la presencia del Estado es casi nula. La comunidad hasta ahora esta reclamando se le indemnice por los daños causados por INMERSUR, según los cálculos técnicos realizados, los daños ascenderían a 5 millones y medio de nuevo soles, cifra realmente insignificante en comparación a los daños causados en esa zona y que por cierto tiene repercusiones sobre nuestra cuenca, ya que también a los iqueños nos veremos afectados en la medida que esto continúe.

Durante los últimos años los pobladores de las cinco comunidades adyacentes como Vichuri, San Pedro de Tiracanchi, Laramarca, Ocoyo, San Pedro de Ocobamba, y Ayamarca, se han visto divididas y, porque no decirlo en conflicto entre ellas, toda vez que los representantes de la minera los dividieron mediante ofrecimientos a sus dirigentes, con la ejecución de algunas insignificantes obras, a decir de los propios pobladores, sin que esas obras tengan mayor trascendencia y beneficie a las comunidades.
El 3 de junio del año pasado, la población de Antapite y las demás comunidades, cansados de la contaminación y la falta de dialogo, realizaron un paro que tuvo como saldo 3 heridos de gravedad y varias mujeres y ancianos contusos y golpeados. Lamentablemente de esto no se ocupa la prensa nacional.

El conflicto aún no ha terminado, a pesar de haberse sentado en una mesa de diálogo, la minera y los pobladores, la intransigencia de parte de la minera continua y solo quiso reconocer, un millón cien mil nuevo soles, manifestando que ya había invertido en colegios en el mejoramiento y ampliación de la plazuelas, como si las plazuelas fueran los más primordial para la población.

La mina sigue explotando, el “preciado mineral” no solo en las 500 ha. donde viene causando serios daños al medio ambiente, sino que ahora pretende ampliar su explotación a 16 mil has. que abarcaría toda la cuenca, y en pocos años, nos causaría enormes daños al medio ambiente, no solo a nuestros hermanos de Huancavelicanos sino también a los iqueños y eso no lo debemos permitir.

Las autoridades están obligadas a realizar una minuciosa investigación de los daños que viene causando la minera Antapite es ese lugar, y eso debe ser con la participación de la misma población, que es la más afectada, y porque no con la sociedad civil en general, debe exigir a la minera cumpla con la indemnización de la cual están reclamando con justo derecho los pobladores de Antapite y las comunidades aladañas, aunque esto nunca reparará los daños ya sufridos.

Los afectados son cinco distritos de la cuenca de Huancavelica y 1de la cuenca de Rio Grande en Palpa – Ica, en total más de 15 comunidades.

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