Los iqueños siempre estaremos propensos a que ocurran frecuentemente sismos e inundaciones, las mismas que nos causaran grandes daños debido a la intensidad con que éstas se presenten, y de cómo nos encuentre, preparados o simplemente desprevenidos, según como nos encuentre se darán los efectos.
En menos de 11 años, han sucedido tres desastres de gran consideración; el terremoto del 12 de noviembre de 1996 que afectó la ciudad de Ica y la provincia de Nazca; el fenómeno El Niño que devino en la dramática inundación de la ciudad de Ica, un 29 de enero de 1998; a pocos día de cumplirse diez años de la desgracia, y el sismo reciente del pasado 15 de agosto del 2007, que afectó las provincias de Ica, Pisco y Chincha.
El daño y la respuesta ante estos desastre han evidenciado condiciones de vulnerabilidad extrema, insuficiencia en la prevención y la limitada capacidad de respuesta a los desastres por parte de las autoridades, vale decir el Estado, improvisación.
Existe el Sistema Nacional de Defensa Civil que tiene definidas responsabilidades institucionales de qué hacer: antes, durante y después de ocurridos los desastres.
Sin embargo, no se ha hecho nada frente las lloviznas que por cuatro consecutivos días, se viene registrando en toda la ciudad. Como siempre son los más pobres quienes sufren las consecuencias.
Son los gobiernos locales y regionales los responsables de la Defensa Civil y de las políticas de prevención de desastres en sus ámbitos.
Lamentablemente nada se ha hecho y creemos, por lo visto, no se piensa hacer.
La gente sigue viviendo bajo esteras y carpas, desde el pasado 15 de agosto, tampoco saben, es decir no han desarrollado capacidades de prevención, no tenemos una cultura preventiva y esto es preocupante, ante los anuncios del SENAMHI, con relación a las llovizna, las mismas que deben seguir ocurriendo hasta el mes de abril o mayo.
Todavía somos participes de la improvisación, y aplaudimos cuando un alcalde distrital regala plásticos a las personas cuyas viviendas han sido vulneradas por las lluvias, y estas personas a su vez se no les queda otra cosa que conformarse, al menos es lo que se percibe.
Es decir solo se reacciona con asistencialismo, cada vez que ocurre un fenómeno de esta naturaleza; ¿no será mejor estar preparados con anterioridad y saber que hacer y como enfrentarlo?.
Creemos que ese, es el rol que deben cumplir los Alcaldes distritales como presidentes de Defensa Civil, preparar a la gente, elaborar un Plan de Contingencia o simplemente promover entre la población una cultura preventiva.
Para que suceda esto, es urgente, una vez lo decimos debemos tener autoridades capaces, con voluntad y vocación de servicio y no que lleguen al gobierno para servirse, tal como ocurre con muchos alcaldes.
Al final de cuentas, somos nosotros quienes elegimos a estas autoridades y no es que nos equivoquemos, ni que nos engañen, me parece, al contrario nos dejamos engañar o ¿somos ingenuos?.
Es urgente empezar a ejercer el derecho de vigilar a las autoridades, no hay otra forma, no tenemos un plan de país, a donde queremos llegar, ni nacional ni local, los Planes Concertado de Desarrollo no funcionaran si no vigilamos y participamos en su cumplimiento.
La revocatoria es una alternativa y un derecho de todos los ciudadanos. Tenemos la oportunidad de decirle basta a esa malas autoridades que tiene la capacidad de conducir una ciudad, pero ojo debemos estar vigilantes que no se negocie la revocatoria, hay que estar vigilantes de este proceso.
Los iqueños siempre estaremos propensos a que ocurran frecuentemente sismos e inundaciones, las mismas que nos causaran grandes daños debido a la intensidad con que éstas se presenten, y de cómo nos encuentre, preparados o simplemente desprevenidos, según como nos encuentre se darán los efectos.
En menos de 11 años, han sucedido tres desastres de gran consideración; el terremoto del 12 de noviembre de 1996 que afectó la ciudad de Ica y la provincia de Nazca; el fenómeno El Niño que devino en la dramática inundación de la ciudad de Ica, un 29 de enero de 1998; a pocos día de cumplirse diez años de la desgracia, y el sismo reciente del pasado 15 de agosto del 2007, que afectó las provincias de Ica, Pisco y Chincha.
El daño y la respuesta ante estos desastre han evidenciado condiciones de vulnerabilidad extrema, insuficiencia en la prevención y la limitada capacidad de respuesta a los desastres por parte de las autoridades, vale decir el Estado, improvisación.
Existe el Sistema Nacional de Defensa Civil que tiene definidas responsabilidades institucionales de qué hacer: antes, durante y después de ocurridos los desastres.
Sin embargo, no se ha hecho nada frente las lloviznas que por cuatro consecutivos días, se viene registrando en toda la ciudad. Como siempre son los más pobres quienes sufren las consecuencias.
Son los gobiernos locales y regionales los responsables de la Defensa Civil y de las políticas de prevención de desastres en sus ámbitos.
Lamentablemente nada se ha hecho y creemos, por lo visto, no se piensa hacer.
La gente sigue viviendo bajo esteras y carpas, desde el pasado 15 de agosto, tampoco saben, es decir no han desarrollado capacidades de prevención, no tenemos una cultura preventiva y esto es preocupante, ante los anuncios del SENAMHI, con relación a las llovizna, las mismas que deben seguir ocurriendo hasta el mes de abril o mayo.
Todavía somos participes de la improvisación, y aplaudimos cuando un alcalde distrital regala plásticos a las personas cuyas viviendas han sido vulneradas por las lluvias, y estas personas a su vez se no les queda otra cosa que conformarse, al menos es lo que se percibe.
Es decir solo se reacciona con asistencialismo, cada vez que ocurre un fenómeno de esta naturaleza; ¿no será mejor estar preparados con anterioridad y saber que hacer y como enfrentarlo?.
Creemos que ese, es el rol que deben cumplir los Alcaldes distritales como presidentes de Defensa Civil, preparar a la gente, elaborar un Plan de Contingencia o simplemente promover entre la población una cultura preventiva.
Para que suceda esto, es urgente, una vez lo decimos debemos tener autoridades capaces, con voluntad y vocación de servicio y no que lleguen al gobierno para servirse, tal como ocurre con muchos alcaldes.
Al final de cuentas, somos nosotros quienes elegimos a estas autoridades y no es que nos equivoquemos, ni que nos engañen, me parece, al contrario nos dejamos engañar o ¿somos ingenuos?.
Es urgente empezar a ejercer el derecho de vigilar a las autoridades, no hay otra forma, no tenemos un plan de país, a donde queremos llegar, ni nacional ni local, los Planes Concertado de Desarrollo no funcionaran si no vigilamos y participamos en su cumplimiento.
La revocatoria es una alternativa y un derecho de todos los ciudadanos. Tenemos la oportunidad de decirle basta a esa malas autoridades que tiene la capacidad de conducir una ciudad, pero ojo debemos estar vigilantes que no se negocie la revocatoria, hay que estar vigilantes de este proceso.
Los iqueños siempre estaremos propensos a que ocurran frecuentemente sismos e inundaciones, las mismas que nos causaran grandes daños debido a la intensidad con que éstas se presenten, y de cómo nos encuentre, preparados o simplemente desprevenidos, según como nos encuentre se darán los efectos.
En menos de 11 años, han sucedido tres desastres de gran consideración; el terremoto del 12 de noviembre de 1996 que afectó la ciudad de Ica y la provincia de Nazca; el fenómeno El Niño que devino en la dramática inundación de la ciudad de Ica, un 29 de enero de 1998; a pocos día de cumplirse diez años de la desgracia, y el sismo reciente del pasado 15 de agosto del 2007, que afectó las provincias de Ica, Pisco y Chincha.
El daño y la respuesta ante estos desastre han evidenciado condiciones de vulnerabilidad extrema, insuficiencia en la prevención y la limitada capacidad de respuesta a los desastres por parte de las autoridades, vale decir el Estado, improvisación.
Existe el Sistema Nacional de Defensa Civil que tiene definidas responsabilidades institucionales de qué hacer: antes, durante y después de ocurridos los desastres.
Sin embargo, no se ha hecho nada frente las lloviznas que por cuatro consecutivos días, se viene registrando en toda la ciudad. Como siempre son los más pobres quienes sufren las consecuencias.
Son los gobiernos locales y regionales los responsables de la Defensa Civil y de las políticas de prevención de desastres en sus ámbitos.
Lamentablemente nada se ha hecho y creemos, por lo visto, no se piensa hacer.
La gente sigue viviendo bajo esteras y carpas, desde el pasado 15 de agosto, tampoco saben, es decir no han desarrollado capacidades de prevención, no tenemos una cultura preventiva y esto es preocupante, ante los anuncios del SENAMHI, con relación a las llovizna, las mismas que deben seguir ocurriendo hasta el mes de abril o mayo.
Todavía somos participes de la improvisación, y aplaudimos cuando un alcalde distrital regala plásticos a las personas cuyas viviendas han sido vulneradas por las lluvias, y estas personas a su vez se no les queda otra cosa que conformarse, al menos es lo que se percibe.
Es decir solo se reacciona con asistencialismo, cada vez que ocurre un fenómeno de esta naturaleza; ¿no será mejor estar preparados con anterioridad y saber que hacer y como enfrentarlo?.
Creemos que ese, es el rol que deben cumplir los Alcaldes distritales como presidentes de Defensa Civil, preparar a la gente, elaborar un Plan de Contingencia o simplemente promover entre la población una cultura preventiva.
Para que suceda esto, es urgente, una vez lo decimos debemos tener autoridades capaces, con voluntad y vocación de servicio y no que lleguen al gobierno para servirse, tal como ocurre con muchos alcaldes.
Al final de cuentas, somos nosotros quienes elegimos a estas autoridades y no es que nos equivoquemos, ni que nos engañen, me parece, al contrario nos dejamos engañar o ¿somos ingenuos?.
Es urgente empezar a ejercer el derecho de vigilar a las autoridades, no hay otra forma, no tenemos un plan de país, a donde queremos llegar, ni nacional ni local, los Planes Concertado de Desarrollo no funcionaran si no vigilamos y participamos en su cumplimiento.
La revocatoria es una alternativa y un derecho de todos los ciudadanos. Tenemos la oportunidad de decirle basta a esa malas autoridades que tiene la capacidad de conducir una ciudad, pero ojo debemos estar vigilantes que no se negocie la revocatoria, hay que estar vigilantes de este proceso.
Los iqueños siempre estaremos propensos a que ocurran frecuentemente sismos e inundaciones, las mismas que nos causaran grandes daños debido a la intensidad con que éstas se presenten, y de cómo nos encuentre, preparados o simplemente desprevenidos, según como nos encuentre se darán los efectos.
En menos de 11 años, han sucedido tres desastres de gran consideración; el terremoto del 12 de noviembre de 1996 que afectó la ciudad de Ica y la provincia de Nazca; el fenómeno El Niño que devino en la dramática inundación de la ciudad de Ica, un 29 de enero de 1998; a pocos día de cumplirse diez años de la desgracia, y el sismo reciente del pasado 15 de agosto del 2007, que afectó las provincias de Ica, Pisco y Chincha.
El daño y la respuesta ante estos desastre han evidenciado condiciones de vulnerabilidad extrema, insuficiencia en la prevención y la limitada capacidad de respuesta a los desastres por parte de las autoridades, vale decir el Estado, improvisación.
Existe el Sistema Nacional de Defensa Civil que tiene definidas responsabilidades institucionales de qué hacer: antes, durante y después de ocurridos los desastres.
Sin embargo, no se ha hecho nada frente las lloviznas que por cuatro consecutivos días, se viene registrando en toda la ciudad. Como siempre son los más pobres quienes sufren las consecuencias.
Son los gobiernos locales y regionales los responsables de la Defensa Civil y de las políticas de prevención de desastres en sus ámbitos.
Lamentablemente nada se ha hecho y creemos, por lo visto, no se piensa hacer.
La gente sigue viviendo bajo esteras y carpas, desde el pasado 15 de agosto, tampoco saben, es decir no han desarrollado capacidades de prevención, no tenemos una cultura preventiva y esto es preocupante, ante los anuncios del SENAMHI, con relación a las llovizna, las mismas que deben seguir ocurriendo hasta el mes de abril o mayo.
Todavía somos participes de la improvisación, y aplaudimos cuando un alcalde distrital regala plásticos a las personas cuyas viviendas han sido vulneradas por las lluvias, y estas personas a su vez se no les queda otra cosa que conformarse, al menos es lo que se percibe.
Es decir solo se reacciona con asistencialismo, cada vez que ocurre un fenómeno de esta naturaleza; ¿no será mejor estar preparados con anterioridad y saber que hacer y como enfrentarlo?.
Creemos que ese, es el rol que deben cumplir los Alcaldes distritales como presidentes de Defensa Civil, preparar a la gente, elaborar un Plan de Contingencia o simplemente promover entre la población una cultura preventiva.
Para que suceda esto, es urgente, una vez lo decimos debemos tener autoridades capaces, con voluntad y vocación de servicio y no que lleguen al gobierno para servirse, tal como ocurre con muchos alcaldes.
Al final de cuentas, somos nosotros quienes elegimos a estas autoridades y no es que nos equivoquemos, ni que nos engañen, me parece, al contrario nos dejamos engañar o ¿somos ingenuos?.
Es urgente empezar a ejercer el derecho de vigilar a las autoridades, no hay otra forma, no tenemos un plan de país, a donde queremos llegar, ni nacional ni local, los Planes Concertado de Desarrollo no funcionaran si no vigilamos y participamos en su cumplimiento.
La revocatoria es una alternativa y un derecho de todos los ciudadanos. Tenemos la oportunidad de decirle basta a esa malas autoridades que tiene la capacidad de conducir una ciudad, pero ojo debemos estar vigilantes que no se negocie la revocatoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario